Las personas nos preocupamos por el paso del tiempo, pero no nos ocupamos de él, de vivir de disfrutar el instante. Casi siempre vamos dejando para “otro momento” ese te quiero que no pronunciamos, ese abrazo que no damos, ese sueño que no cumplimos, ese proyecto que nunca empezamos...
Si nos preocupamos por el tiempo, lo estamos perdiendo y no nos ocupamos de hacer aquello que queremos. Postergamos enfrentarnos a nuestros miedos o a lo que esos miedos nos impiden realizar y así vemos pasar la vida desde nuestra zona de confort, que no es lo mismo que vivirla, esa atalaya de conformidad que tantas alegrías nos impide, tantas risas nos evita, tanta felicidad nos escatima y tantas sonrisas nos roba.
La vida nos ofrece cada día la oportunidad de vivir, de sentir, de darle color, ilusión e imaginación, de motivos para ser felices sin preocuparnos por el tiempo, ocupándolo con nuevas ilusiones y llenándolo de personas que hacen que la vida valga la alegría y no la pena. El tiempo pasa impasible sin preocuparse ni ocuparse en nosotros,en comprobar si somos o no felices.
Que la vida valga la alegría y el amor.
© José L. Asensi 28/05/2020