Oh ciudad encantada de sublime beldad,
donde el tiempo se detiene para contemplar
tu rareza;
se detiene en cada esquina, en cada rincón,
calle o plaza donde te vistes de grandeza;
en cada detalle, en cada figura,
portal o rincón donde los enamorados cantan
tu delicadeza.
Oh ciudad bohemia, donde pintores, poetas
y músicos elogian tu sutileza.
Ciudad de los tejados rojos, de los puentes,
de las mil torres y sus leyendas,
ciudad que cual cuento te transporta a caballo
entre la imaginación, tu historia o tu realidad
y riqueza.
Ciudad donde tu bonito río, sin dejar herida,
te atraviesa y tus puentes congregan multitudes
para contemplar tanto genio y embelesarse
de tanta lindeza,
donde tu castillo preside desde lo alto
tanta obra de arte sin perderse detalle
de tan graciosa proeza.
Ciudad donde el sol de la tarde se refleja
en tus doradas portadas
en preludio de una noche igual de brillante
donde el estrellado cielo se despereza.
Oh ciudad encantada, sonido de violines,
de ángeles haciendo sonar, de música, una pieza.
de ti me quedé enamorado, de ti y de tu
magnífica belleza.
© José L. Asensi 27/02/2021