Es noche cerrada, noche plagada de estrellas y luna llena que se cuela y alumbra la escena.
Una gran ventana que huele a hierba fresca y flores en el jardín.
Yo, en la penumbra, recostado sobre el respaldo de una vieja mecedora que se balancea
al compás de una suave música que se alza desde un reproductor de Cds,
porque un Cd, y aún mejor un vinilo, con sus carátulas y las letras de las canciones,
es como tener un libro de papel, que huele a papel y tinta en las manos. Toda una delicia.
Todo está en calma, todo silencioso, a excepción de la leve y plácida música
que empieza a sonar, parece como si esas estrellas que lanzan su guiño
desde el universo infinito flotaran a mi alrededor, o yo flotara con ellas: sosiego,
quietud, dejarse ir...
Va subiendo la música al compás de una guitarra que aparece y desaparece con una
melodía fugaz.
De pronto los recuerdos comienzan a aflorar, danzan, ríen y lloran en un ritual,
compás trás compás. Todo es de color y todo es paz, sólo la música que sigue en su rodar.
Soy niño, soy joven, adulto, soy yo. Miro alrededor y comprendo, faltas tú
y de pronto me falta todo, sólo estoy yo conmigo mismo, yo y mis recuerdos.
Me adormezco un poco con el suave balanceo de la vieja mecedora
y cuando despierto suena una canción y a mi me gustaría que estuvieras
aquí, danzando en la oscuridad, que nuestras siluetas adornadas por la luz,
plena de luna azul que se cuela, se volvieran a abrazar.
Las melodías, una tras otra, dresgranan sus notas por doquier. Ojalá estuvieras aquí...
Pero no estás, están tan sólo tu bonito recuerdo y yo.
Las melodías siguen y van transitando recuerdos, sueños y anhelos que fueron
y otros que no llegaron a ser, dando paso a una especie de danza de los pensamientos.
Y yo me pregunto... Será un sueño? Pero no, no es un sueño, son los pensamientos
alentados por esa deliciosa música, que va preguntándose...
Existe el amor de una vida, un amor eterno que nunca termina?
Ojalá estuvieras aquí, bailando en la oscuridad, con la luz de esa luna azul bañando
nuestras siluetas.
Los pensamientos siguen, afluyen con mayor insistencia, bailan y se anudan a la música,
se abrazan y vibran, giran, sonríen y se posan en tu mirada.
Ya va terminando el Cd, y termina como empezó y yo sigo con el balanceo,
con mi paz interior, llena, también, de desasosiego, porque tu no estás aquí.
Y me vuelvo a dormir, se apagan las estrellas y mañana será otro día,
con los mismos sueños o junto a otros diferentes, pero tu recuerdo nunca se pierde.
Ojalá estuvieras aquí, para danzar en la oscuridad, bañadas nuestras siluetas sólo
por esos rayos de luna azul.
© José L. Asensi 20/03/2021