Conozco de una tierra de palmeras,
de poetas y gente generosa,
donde nace el sol y vive la luz
deslumbrante,
de esfuerzo y esperanza constante,
arte, historia...
donde reinan los días cálidos
y las noches son brillantes;
tierra de tradiciones, de emociones
desbordantes;
tierra de empeño y sudor, de huerta
y de secano,
de limoneros y de bonitos naranjales,
donde la lluvia se esconde y el astro rey
reina sin rodeos ni ambages,
una tierra que comparte al Segura como río,
y como poeta a Miguel Hernandez
Es una tierra de la que te enamoras despacio
y de la que es imposible desilusionarse.
© José L. Asensi 29/04/2021
Patio de la casa de Miguel Hernández en Orihuela