Pasa el tiempo sin tí,
el tiempo y su andanza,
meses,semanas o minutos
nunca pueden vencer
tu recuerdo que se establece
en mi añoranza;
y cuando de nuevo te veo,
un pedacito de cielo se
se derrama en tu cara,
y yo, anonadado ante tanta
luz y belleza
sonrío desde el corazón
y te abrazo desde mi alma,
y así las mariposas tatuadas
de tanto amor, vuelan y giran
a nuestro alrededor en la
delicadeza de su danza;
y si algún ángel, asonbrado,
desciende su luz llenándonos
de bienventuranza...
Tal vez este amor no seguirá
en este mundo,
pero la eternidad lo perpetuará
sin carnavales ni ficción,
en ese universo que no perece,
que vive por siempre en infinita
esperanza.
© José L. Asensi 28/06/2021