Acaban de dar las diez en la torre del reloj;
o son veinte los abrazos,
o multiplicados los besos por dos,
o tan inmensos los lazos,
delirio que envuelve, arrullando,
las palabras de amor.
Han dado las once en la torre del reloj;
pero el tiempo no existe, cuando el tiempo es el amor;
la luna mira curiosa, bañándonos con su dulzor.
Han dado las doce en la torre del reloj;
pero el tiempo no importa, solo este momento, tu y yo.
Noche, luna, estrellas...
o son veinte los abrazos,
o multiplicados los besos por dos,
o tan inmensos los lazos,
delirio que envuelve, arrullando,
las palabras de amor.
Han dado las once en la torre del reloj;
pero el tiempo no existe, cuando el tiempo es el amor;
la luna mira curiosa, bañándonos con su dulzor.
Han dado las doce en la torre del reloj;
pero el tiempo no importa, solo este momento, tu y yo.
Noche, luna, estrellas...
tú eres Venus, yo soy Júpiter, dioses enamorados los dos.
pronto llegará la madrugada
y asomaremos a un nuevo día contemplando su albor.
Ahora te recuerdo, cada vez que paso por la torre del reloj.
© José L. Asensi 15/03/2023
Cuando el tiempo va empolvado de amor, no hay campanas ni reloj. Un día más trae otra oportunidad. Sigamos oyendo la torre del reloj. Es precioso el poema, donde queda claro que donde hay amor no hay reloj. Feliz tarde José. Gracias. Un abrazo
ResponderEliminarEl tiempo, en este sentido, es prisa, y el amor y la prisa no se llevan bien.
EliminarGracias,Carmen.Un abrazo.
...Y será imposible olvidar ese momento, ese tiempo de amor, una vez que lo eternizaste como poema, amigo... De modo que disfrútalo cada vez que recuerdes o que pases por la torre del reloj...
ResponderEliminarAbrazo de corazón!!
Esos mágicos momentos se eternizan solos. Los poemas hablan de estos, pero ellos viven en el recuerdo.
EliminarAbrazo agradecido, amigo Carlos.
No se si quedarme con tu poema o con la fotografía...como soy muy ambiciosa, permíteme que me quede con las dos.
ResponderEliminarBesos.
Para mí es de agradecer que te quedes con los dos.
EliminarMuchas gracias, Antonia.
Besos.
Qué bonito, José Luis, te felicito.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Vero.
EliminarAbrazos.
Bello y romántico relato. Me conmovió. Te mando un beso
ResponderEliminarGracias J.P.
EliminarTe mando yo otro.
Parece que nos hemos puesto de acuerdo y hay una torre en nuestras entadas , en la tuya hay reloj en la mia no , pero que recuerdos nos deja reflejados los muros de las dos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEs cierto, las torres dan mucho de sí.
EliminarUn abrazo, Campi.
Muy hermoso tu poema Jose Luis. Momentos vividos donde el tiempo se olvidaba e incluso se hacía corto, y más si había una torre con reloj y daban campanadas.
ResponderEliminarMuy bonito y lleno de romanticismo.
Un abrazo y buen día.